Escultura y espacio público fue el tema del último conversatorio realizado en al marco del Simposio de Escultura que finalizó el domingo 21 de enero en el Centro Ceremonial Bato del Parque Municipal.

La presentación realizada el sábado 20, estuvo a cargo del escultor rancagüino Karlos Vargas, con más de veinte obras en espacios públicos del país y en el extranjero, quien al final del encuentro, ante la pregunta de cómo evaluaba la experiencia de estos conversatorios, sostuvo que lo importante de estos encuentros con la comunidad no tiene que ver con el número de asistentes, sino con el interés que se preste a lo dicho y a la capacidad de retrasmitir el mensaje del autor. Cuando hay niños es mucho mejor, dijo.

“Uno no hace seguimiento, sin embargo, creo que el mensaje llena un vacío lingüístico en que se explica lo que el artista quiere decir con una escultura abstracta, ya que no es fácil descubrir lo que se quiere decir”, manifestó.

Con respecto a las esculturas de arte público, Karlos Vargas señaló que le interesa realizarlas, por lo que ha trabajado en más de 20 proyectos de este tipo, ya que son de fácil acceso para muchas personas; sin embargo, no es fácil hacerlas, por los montos en dinero que estas significan; tal vez no haya tanta libertad para crearlas, sostuvo, como otras obras más pequeñas, que pueden quedar en galerías o en manos de personas que accedan a comprarlas.

En cuanto a la obra trabajada e Quintero, dijo que “se esforzó en traer la mejor propuesta para Quintero, para que quedara acá”. Es una obra en mármol travertino de gran tamaño con un plinto en el mismo material que representa la relación de las personas en un encuentro no programado, casual o sincrónico, dependerá de la interpretación que cada persona que la observe haga.